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¿Por qué no deberías hacer un podcast?

por qué no deberías hacer un podcast francisco izuzquiza burbuja

El podcasting está en auge. Si te interesa el tema, no hay semana en la que no se publiquen artículos y estudios alrededor del mundo hablando sobre ello. Por poner unos ejemplos recientes:

Y sí, es verdad: Cada vez hay más oyentes de podcasts. Si sales a la calle no verás un fenómeno masivo, no encontrarás a una gran mayoría de gente con los auriculares clavados en las orejas disfrutando de sus historias favoritas. Aún somos una (afortunada) minoría. Pero los números están creciendo. Tanto en audiencia como en creadores: Se calcula que Apple Podcasts ya contiene más de 700.000 programas en su base de datos.

Mucha gente está despertando su interés por este formato. Puedo decir, afortunadamente, que en mi faceta de productor de podcasts con Yes We Cast cada vez recibo más solicitudes de información y de consultoría. Y eso me produce sentimientos encontrados. Por un lado, evidentemente, me hace feliz: Más oportunidades de trabajo, más opciones de hacer algo bueno, más ingresos… Ya sabéis. Hasta aquí todo normal.

La otra parte es que cada vez me encuentro con más gente que simplemente quiere «hacer un podcast». Sin mayor idea ni orientación. Sin un motivo concreto que les lleve a ello, sin una pasión que les mueva a compartir una afición o una buena historia (de ello hemos hablado ya en el Cuaderno de Podcasting). Y si este paso falla, lo más probable es que todo lo que viene después acabe derrumbándose por sí sólo.

Tengo muy presente una idea básica que me dejó Molo Cebrián hace tiempo en esta web: La inmensa mayoría de blogs mueren antes de los 12 meses de vida. Supongo que esto lo podemos exportar a los podcasts y a un gran número de actividades comunes en nuestras vidas. Comenzamos los proyectos con muchas ganas, y los vamos abandonando paulatinamente a medida que llegan las dificultades o la falta del éxito soñado.

Como todo el mundo tiene a hablar, vender y buscar sólo la parte buena de las historias, he decidido escribir sobre todo lo contrario. Quiero darle la vuelta a cinco ventajas del podcasting que se suelen anunciar como motivos para lanzarse a este mundillo, y que al final pueden acabar convirtiéndose en problemas si no se entienden de la manera adecuada. Si quieres comenzar tu podcast, allá van cinco motivos por los que no deberías. A mí nadie me los dijo en su momento… Y espero que te resulten útiles.

¿Por qué no deberías hacer un podcast? Cinco razones:

1. Porque es fácil.

Siempre cuento que hacer un podcast es tan sencillo o complicado como tú quieras hacerlo. Puedes grabarlo en solitario en tus ratos libres, puedes buscar un grupo de amigos con los que compartir buenos ratos, o puedes liarte la manta a la cabeza y tratar de llenar un teatro con tu programa. Tú decides.

Pero no bases tu motivación en la sencillez del formato. Porque esto lleva más tiempo del que parece. Una vez escogido el tema del que vayas a hablar (¿lo tienes claro?) tendrás que preparar una serie de temas para cada uno de los episodios que vayas a grabar. Tendrás que preparártelos y documentarte en la gran mayoría de las ocasiones. Quizá busques a expertos en el asunto concreto con los que hablar en cada episodio. Necesitarás unas nociones básicas de sonido para grabar y editar correctamente el audio. Tendrás que buscar música, alojamiento, preocuparte de la distribución, moverlo en redes sociales, tratar de atender lo mejor posible a los oyentes que se acerquen a ti… Y volver a empezar el proceso tras cada capítulo. ¿Estás realmente dispuesto a dedicar el tiempo que merece tu podcast para que salga bien?

2. Porque es barato.

Por fortuna el audio es más barato que otros formatos, como el vídeo. Los equipos son más asequibles, y en general el número de horas de trabajo necesario para hacer un buen producto también es más reducido. En muchos aspectos existen soluciones gratuitas: alojamiento, distribución, herramientas tecnológicas…

Pero si quieres que las cosas salgan bien, hay que hacerlas realmente bien. Para empezar, todo el tiempo que he mencionado en el punto anterior ya vale dinero. El tuyo o el de aquellas personas de las que necesites ayuda para generar tus contenidos. Para continuar, porque no siempre lo más barato es lo más aconsejable: ¿Qué sonido quieres dar a tu idea? ¿De verdad vas a hacerlo con el micrófono del móvil o con los auriculares con micrófono del teléfono? ¿Abrirías un canal de Youtube usando la misma cámara del móvil para grabar? ¿Has pensado en el tema de la música y los derechos de autor? ¿Vas a necesitar ayuda con la edición y postproducción del audio?Hay muchos elementos que pueden aumentar la factura del podcast considerablemente, y tienes que buscar un buen equilibrio entre la calidad del mismo y lo que tú bolsillo pueda soportar de cara a este proyecto.

3. Porque buscas una gran audiencia.

Me encanta ver casos de éxito de podcasts que ascienden rápidamente en las listas de los más escuchados en diferentes distribuidores. Es bueno para el sector: Nuevos nombres, nuevas ideas, nuevos formatos y mayor difusión entre públicos que quizá desconocían esta forma de comunicación. Sinceramente, creo que todos salimos ganando.

El problema llega cuando alguien piensa «yo también quiero hacer eso». «Yo también quiero lanzar mi podcast y pegar la campanada como ha hecho (pon aquí el nombre del último influencer que se haya lanzado)». Siento decirte que lo más probable es que no vaya a ocurrir. Tras cada caso de éxito conocido y altamente publicitado, hay decenas de proyectos fallidos que poca gente conoce. Es más: Deberías preguntarte si es realmente lo que necesitas. No todos los productos en Internet necesitan grandes audiencias para tener éxito: Lo importante es saber dirigirte al nicho al que puedas resultar más útil. Yo puedo poner un ejemplo propio. Mi Cuaderno de Podcasting tiene en torno a 1400 escuchas por episodio en estos momentos. Objetivamente, no son muchas. Pero sí lo son en el sector al que me dirijo («gente que quiere empezar su podcast») y de hecho me ha traído clientes, trabajos, y la oportunidad de escribir un libro. ¿De verdad tu idea necesita una gran audiencia, o es sólo tu ego reclamando un poquito de atención?

4. Porque quieres ganar dinero.

Creo que no eres el único que lo busca. Así estamos todos.

Hace tiempo que comprendí que el dinero es lo último que debemos buscar a la hora de iniciar un proyecto. «Pero qué dices, Fran, te has fumado algo muy gordo». Me explico: Hay muchas cosas que debemos tener en cuenta antes de pensar en el tema económico. ¿Qué queremos hacer? ¿Por qué nos motiva esa actividad? ¿A quién vamos a dirigirnos? ¿Cómo les podemos ayudar? ¿Qué nos diferencia de los demás que ya están dedicándose a ello? ¿En qué debemos mejorar para llegar a ese punto? ¿Podemos establecer una relación en la que nuestros potenciales clientes y nosotros salgamos beneficiados mutuamente? Si somos capaces de resolver estas preguntas – que no es nada sencillo – estaremos en condiciones de iniciar nuestro proyecto. Y de, con suerte, ganar dinero gracias a él.

Por mucho auge que se esté publicitando, el podcasting no es el mejor sector para buscar dinero en estos momentos. Es una actividad económica incipiente donde algunos empiezan a ganarlo, sí, pero pocos y con circunstancias muy concretas. Esos casos que tanto se están vendiendo como éxitos fulgurantes siempre tienen alguno de estos elementos detrás: Una comunidad ya creada en otras plataformas (vídeo, blogs, redes sociales o un producto externo a Internet), una gran inversión previa en tiempo (podcasts que empiezan a generar ingresos después de años de actividad sin ver un euro), o una apuesta importante en dinero (personas o empresas que pueden permitirse realizar inversiones para acortar estos procesos anteriores, como puede ser una buena apuesta en publicidad).

¿Estás tú en alguno de estos puntos? Si la respuesta es «no», bienvenido a la guerra de guerrillas. Competir con los otros 700.000 podcasts con tus manos y tu cabeza no es sencillo: Vas a tener que pensar una muy buena estrategia.

5. Porque está de moda.

Parece que «todo el mundo tiene un podcast». Desde Mark Zuckerberg hasta el hijo del vecino de enfrente. ¿Y por qué tu no?

Quizá tú no… Porque no lo necesites. Porque no te haga falta. No lo hagas porque todo el mundo lo está haciendo, por favor. Es el primer paso para que el proyecto no funcione. Si te lanzas a hacer un podcast, que sea teniendo en cuenta todos los puntos anteriores que hemos repasado en este post. Y porque realmente tengas la necesidad de compartir algo con el mundo o de investigar un tema que te apasiona. Y si no estás seguro del todo de hacerlo, te aconsejo que esperes un poquito. No hay obligación de hacer nada por miedo a ser el último. No hay que ser el primero. Hay que hacer las cosas bien. El tiempo y el esfuerzo, en general, acaban poniendo a cada uno en su lugar.

En Estados Unidos se empieza a hablar de la burbuja del podcasting. Ocurrió con Youtube, con los blogs, con las «puntocom«, con el mercado inmobliario y hasta con los tulipanes. En cuanto algo se pone «de moda», todos nos lanzamos como locos a por ello sin preguntarnos si es realmente lo que necesitamos. La burbuja del podcasting llegará, seguramente también a los mercados hispanos. Y ocurrirá lo que pasa siempre en estos casos. Estallará, la gran mayoría de los proyectos acabarán en el olvido, mucha gente dirá «el podcasting no funciona» y quedarán los que mejor se hayan preparado para ese escenario. Y esta actividad será fructífera y rentable para ellos.

Estos son mis consejos, que pueden estar perfectamente equivocados. Si quieres charlar sobre ello, debatirlos o añadir los tuyos, estaré encantado de charlar, como siempre, en mi usuario de Twitter (@Izuzquiza) o en mi correo electrónico hola@franciscoizuzquiza.com.

1 thought on “¿Por qué no deberías hacer un podcast?”

  1. Gran post, lleno de sinceridad y sentido común. Es un buen «aviso a navegantes»: puedes cumplir paso a paso cada uno de los títulos de cada punto, porque sí… Porque te apetece, porque todo el mundo puede probar, y todo el mundo tiene derecho a intentar cosas, a aprender y a equivocarse, etc. Pero está claro que tu producto tiene claras papeletas para acabar aparcado en un cajón virtual olvidado en un breve lapso de tiempo. Y está muy bien que alguien alce la voz, y te ofrezca de antemano un amable -«Hey… Que conste que al menos, yo ya te avisé, amigo… No todo el monte era orégano.»-

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